Ella sujetaba el paraguas con dos manos y lo apoyaba sobre su hombro derecho. Hoy su mochila no se mojaría con las gotas que caen del paraguas. Iba de camino a la biblioteca; aquel lugar parecía estar siempre rodeado de neblizna la cual ocultaba la entrada. La lluvia aquel día era más intensa, sin embargo, ella caminaba lentamente resguardada bajo su paraguas.
Una silueta sin paraguas andaba a unos pasos de ella. Parecía intentar refugiar su cabeza de la lluvia entre sus hombros.
Sin embargo, la lluvía ya paseaba sobre sus poros.
Alguien se acercaba. Podía oír unos pasos detrás. Sus pasos se hacían más y más rápidos pero la silueta parecía no apartarse de su lado. La lluvia ya no le caía encima, se dió cuenta. Caminaba bajo un paraguas y junto a ella. Se ofreció para coger el paraguas y, mientras sus cuerpos 'luchaban' por coexistir bajo un mismo paraguas, le susurró,
gracias.